Créditos a THE PARANORMAL NET
Aunque la posesión es el objetivo final del demonio, no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso con cuatro etapas de comportamiento claras, según el padre Gabriele Amorth:
- Infestación. Estas son las manifestaciones típicas de una "casa embrujada": pasos, apariciones, voces, pequeños muebles u objetos que se mueven sin intervención humana y olores sin origen aparente. La infestación suele afectar solo propiedades, objetos y, en ocasiones, animales.
- Opresión. La actividad aumenta con ataques físicos, alteraciones del sueño como pesadillas frecuentes, depresión o ansiedad severas, enfermedades graves, problemas financieros o laborales extremos y problemas de pareja. Si bien algunas de estas cosas ocurren en la vida cotidiana, si ocurren todas a la vez o en rápida sucesión podrían indicar presencia demoníaca.
- Obsesión. Como su nombre indica, la persona afectada está obsesionada y tiene dificultades para funcionar. Está obsesionada con pensamientos sobre la actividad demoníaca que domina su vida y puede tener pensamientos suicidas frecuentes. Dormir se vuelve casi imposible.
- Posesión. Contrariamente a la creencia popular, la posesión no se produce cuando un demonio entra en el cuerpo de una persona y se apodera por completo de su alma. El libre albedrío de una persona nunca se extingue, solo se ve gravemente comprometido. La persona queda tan debilitada física, emocional, mental y espiritualmente tras pasar por las otras tres etapas, que los espíritus demoníacos pueden, ocasionalmente, tomar control de sus acciones.
Un ministro de liberación competente o un laico puede abordar las tres primeras etapas. Se sabe que la primera etapa, a la que se dedican la mayoría de los investigadores, responde a las bendiciones de la casa y a la purificación con salvia, aunque estas a veces pueden perturbar a los demonios y aumentar su actividad. Sin embargo, la última etapa está reservada para los exorcistas oficiales.
Una advertencia sobre los demonios: no pueden intentar influir en los humanos a menos que primero se les dé permiso, y eso, según el padre Malachi Martin, puede suceder abriendo puertas a través de prácticas ocultas como el uso de un tablero Ouiji .
Cómo distinguir un espíritu humano de uno demoníaco
Por regla general, los espíritus humanos tienen menos poder que los demonios, por lo que su presencia física suele ser menos intensa. Pero al igual que estos, pueden ejercer influencia física tirando del pelo, empujando e incluso haciendo que alguien se sienta mal. También pueden mover objetos pequeños, como objetos de una cómoda, o mover una silla u otro mueble ligero, pero solo unos centímetros. Escucharás sus pasos y voces.
Una buena regla para identificar un espíritu humano oscuro es simplemente preguntarle a través de una caja espiritual o una grabadora de voz digital.
Por otro lado, los demonios tomarán ese mueble y lo lanzarán al otro lado de la habitación. Los pasos se convierten en una banda de música, como en El Horror de Amityville. Pueden materializarse olores y sustancias desagradables. En lugar de voces, probablemente oirás gruñidos, blasfemias y lenguaje blasfemo. Puede haber levitación de personas y objetos. Y suelen volverse más activos alrededor de las 3 a. m.
Aun así, si dudas de si un espíritu es humano o demoníaco, provocar a la entidad con un icono religioso o usar agua bendita son las pruebas definitivas para identificarlo. Los demonios siempre sienten aversión por los objetos religiosos y pueden indignarse cuando se les presentan.
En resumen, los demonios son como los espíritus humanos más oscuros, pero con esteroides, y a veces puede ser difícil diferenciarlos. Pero con solo investigar un poco, podrás notar la diferencia.Con la proliferación de programas de televisión sobre cazafantasmas y la aceptación de lo paranormal por parte de un público más amplio, el estudio de la actividad demoníaca se ha abierto camino en el ámbito académico e incluso en los estudios de posgrado.
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