(Esta historia le sucedió a una compañera de trabajo de mi tía en la estación de tren de James Street de Liverpool hace unos tres años).
Era la noche de San Valentín, y el joven esposo había decidido llevar a su esposa a cenar a Liverpool. Tras una agradable velada, la pareja se dirigió a la estación James Street de Liverpool para tomar el último tren a casa.
Mientras charlaban en la estación, el esposo notó que una joven elegantemente vestida, con un traje negro estilo años 40, estaba sentada en el mismo banco que ellos. Por su pulcritud, parecía trabajar en una oficina. Sin embargo, el hombre se quedó perplejo al notar que ella miraba fijamente al frente y no se movía en absoluto.
Justo entonces llegó el tren, y la desconocida se levantó primero y subió antes que la pareja, que decidió entrar en el mismo compartimento. Al entrar, el esposo notó que el compartimento estaba vacío, y la mujer no tenía otra opción que pasar junto a la pareja. Frunciendo el ceño, el hombre le preguntó a su esposa si había visto entrar en el compartimento a la señora que se había sentado junto a ellos. Frunciendo el ceño, la esposa negó con la cabeza y preguntó: "¿Qué mujer?".
El marido respondió: “¿Conoces a la señora que estaba sentada junto a nosotros?”
Nuevamente, con cara de desconcierto, la mujer meneó la cabeza y negó, una vez más, haber visto a alguna mujer en el banco.
Siendo una persona muy sensata, el esposo llegó a la conclusión de que, aunque no creía en fantasmas, había algo muy extraño en el aspecto de la dama. Tal vez, supuso, al ser el Día de San Valentín y con su atuendo de los años 40, la mujer podría haber sido el espíritu de un joven enamorado que iba a encontrarse con su prometido, y tal vez algo trágico había sucedido en esa estación una vez que subió al tren.
¿Quién sabe?
La estación de James Street es muy antigua y tiene mucha historia. Durante la guerra, por ejemplo, la gente solía refugiarse en sus túneles de los bombardeos nazis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario